En la Cuaresma nunca nos podemos olvidar que es tiempo de ofrecer nuestra Limosna.
No damos de lo que nos sobra, sino que damos de lo que hemos ayunado.
¡Solo Dios basta!.
Este año os proponemos destinar nuestra limosna cuaresmal a los damnificados por la explosión que tuvo lugar en el Líbano, ayudando a reconstruir una parroquia.